La residencia en la isla española de Mallorca no llama la atención en apariencia: es una casa rural ordinaria de un edificio antiguo en una zona pintoresca. Resulta que en la construcción de la nueva casa se utilizaron materiales tradicionales, tecnologías antiguas y técnicas arquitectónicas, lo que permitió que la nueva casa no fuera diferente de las antiguas. Se integra perfectamente en el entorno natural de olivares y robledales. En el interior, la casa es perfecta en proporción a los elementos de diseño, colores, ambiente de confort y tranquilidad. Los interiores están diseñados en colores marrón crema, combinando materiales naturales: madera y piedra. La abundancia de elementos decorativos de mimbre, muebles, decoraciones, le da a los interiores ligereza y ligereza. Las habitaciones no están abarrotadas de muebles, luminosas y espaciosas. Las decoraciones y los elementos decorativos se seleccionan cuidadosamente y no son pretenciosos. Sin perseguir los objetivos de diseño de estilo, la casa es verdaderamente moderna, acogedora y habitable.